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El cultivo del té y su amenaza por el cambio climático 

El té, elaborado a partir de la planta Camellia Sinesis, es una de las bebidas más antiguas del mundo y más consumida a nivel mundial, sólo por detrás del agua.

Cuenta con propiedades para la salud y bienestar debido a sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes y de pérdida de peso.  

Con el objetivo de reconocer la larga historia y la profunda importancia cultural y económica del té en todo el mundo, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de mayo como Día Internacional del té y pidió a la FAO que encabezara esta celebración.  

 La producción y el procesamiento del té constituye una fuente económica básica de ingresos para millones de familias en los países en desarrollo. Y es la principal fuente de vida para millones de personas que viven en países menos desarrollados.  

 Como industria, el té es fuente principal de ingresosingresos por exportaciones para algunos de los países más pobres del mundo y genera puestos de trabajo en zonas remotas y económicamente deprimidas. A través de su venta se genera riqueza para la compra de alimentos en países como Kenia.  

 

El té en el mundo

Según el informe de la FAO Current Market situation and médium term Outlook” de mayo de 2018, http://www.fao.org/3/BU642en/bu642en.pdf 

los mayores productores de té negro en 2017 fueron India, con un volumen de 1.260.000 toneladas, Kenya con 439.850, Sri Lanka con 305.000 y China con 310.000, mientras que las producciones previstas para 2027 serán de 1.617.871, 605.915, 370.379,  y 554.331 toneladas, respectivamente.  

Mientras que el citado informe sitúa la producción de esta bebida a nivel mundial en 2017 en un total de 3.333.316 toneladas y su proyección en 2027 en 4.420.015 toneladasla producción de té verde con una proyección de la producción futura en 2027 de 3.653.792 toneladas es algo menor 

 En cuanto al consumo de té negro, India con un total de 1.040.000 toneladas, China con 302.353 y PakistanPakistán con 172.911 son los países donde más se consumió esta variedad en 2017 y está previsto que aumente a 1.264.359, 541.310 y 250.755 respectivamente según las previsiones de la FAO en este estudio para 2027.  

 Por lo que se refiere a la exportación de esta bebida, el mayor exportador de té negro en 2017 fue Kenya con 400.000 toneladas, Sri Lanka con 281.840 e India con 240.680mientras que las previsiones son que Kenia exporte 524.140 toneladas en 2027, Sri Lanka 335.522 e India 362.932.  

El té está disponible en muchas variedades , dependiendo de la técnica de oxidación y fermentación que se le aplique. Así algunas de las más conocidas son el té blanco, té negro, té rojo o té verde 

 Aunque básicamente tres cuartas parte del té que se produce en los principales países productores es consumido en el país de origen, se trata de un producto ampliamente comercializado y exportado.  

 

Tendencias mundiales de su consumo 

Photo by <a href="https://unsplash.com/@kimdonkey?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Manki Kim</a> on <a href="https://unsplash.com/s/photos/tea?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Unsplash</a>

Photo by Manki Kim on Unsplash

Su industria mundial ha tenido un rápido crecimiento durante los últimos 10 años con un creciente número de consumidores a nivel mundial, tal y como muestra  el informe de la FAO Emerging Trends in Tea ConsumtionInforming a generic promotion process  de abril de 2018. Y pese a este incremento, su consumo per cápita sigue siendo bajo, por lo que todavía queda un amplio recorrido.  

Según este mismo informe se pueden ver claramente cinco focos de tendencias en el actual consumo de té;

  • Innovación y nuevas tendencias de consumo impulsadas por la salud. Esta tendencia incluye una oleada de nuevos valores añadidos al producto tales como el “ready to drink” (RTD) con té de frutas y sabores y una expansión del consumo de té verde fuera de Asia. Esta tendencia del RTD está impulsada por la búsqueda de un sustituto a las bebidas gaseosas 
  • El paso de la mercantilización al té “Premium”. Dentro de esta tendencia se puede observar cómo el mercado del té ha cambiado y ha dejado de ser visto como una commoditie, o producto básico en el que ahora los consumidores están dispuestos a pagar dinero por características premium. 
  • La búsqueda de los jóvenes consumidores para lograr una experiencia personal con un producto de moda. Entre ellas se incluyen experiencias que se pueden realizar en los hoteles o restaurantes más exclusivos de los diferentes países. 
  • El aumento de los ingresos per cápita y la clase media en las economías emergentes están impulsando su consumo. Un crecimiento de la clase media, sobre todo en el entorno urbano de estos países está haciendo proliferar el crecimiento de la demanda del té y que este tipo de consumidores estén dispuestos a pagar más por variedades Premium.
  • La llamada urgente a la sostenibilidad, respaldada por una industria y cadena de valor transparente. Los consumidores modernos de té están predispuestos a su consumo por tratarse de un alimento sano y bien equilibrado, pero no solo esto sino que están dispuestos a pagar más sabiendo que se trata de un alimento detrás del que hay atributos que contribuyen al cuidado medioambiental, ético, crecimiento social y económico tras las comunidades que los producen.

 

El té y el cambio climático

Sin embargo, la producción del té es muy sensible a los cambios en las condiciones climatológicas. Solo se puede producir en unas condiciones agroecológicas muy definidas y un número muy limitado de países caracterizados por los climas monzónicos, por lo que el cambio climático afecta directamente a este cultivo.  

Cambios en la temperatura, las lluvias, las inundaciones o las sequías están afectando ya al rendimiento y la productividad del té, según se explica en el prólogo del documento Report of the working Group on Climate Change of the FAO Intergovernmental Group on Tea”. 

 En este sentido, y alertados por esta preocupación y la dependencia que los países productores y exportadores tienen de este cultivo para la economía nacional, el Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre el Té de la FAO (IGG/Tea)  acordó;

  •  La evaluación de análisis sobre el impacto del cambio climático en el subsector del té 
  • La evaluación de tecnologías adecuadas y tecnologías que mitiguen o se adapten a esta situación. 

 Entre los hallazgos de este grupo de trabajo se encuentra el hecho de que la disminución en la productividad y el rendimiento del cultivo del té se debe al estrés biótico y abiótico, referentes directos del clima.  

La tecnología e innovación en el ámbito agrícola a través del uso de bioestimulantes aumenta la tolerancia al estrés abiótico. Los bioestimulantes en agricultura estimulan la nutrición de las plantas y los procesos de crecimiento independientemente del contenido nutricional del producto. Así tienen como finalidad mejorar una o varias de estas características de la planta o la rizosfera como la eficiencia en el uso de nutrientes, la tolerancia al estrés abiótico, rasgos de calidad y disponibilidad de nutrientes confinados en el suelo o la rizosfera.  

Además se ha demostrado que la bioestimulación reduce eficazmente el impacto del estrés abiótico en los cultivos cuando se aplica de manera adecuada, lo que logra el máximo potencial y productividad en ellos.