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Sí al consumo de productos locales y de temporada, y sí también a una dieta variada con productos globales 

A todos nos gusta la imagen de un supermercado repleto de productos variados, y abastecidos, con posibilidad de acceder a ellos en cualquier época del año y sea de donde sea su procedencia. 

Sin embargo, para comer melocotones, sandía o melón fuera de temporada es posible que estos productos hayan tenido que viajar miles de kilómetros. Su transporte habrá generado varios kilogramos de gases efecto invernadero y en todo su proceso de recogida y puesta en el lineal seguro que ha consumido una gran cantidad de energía en su mantenimiento, envasado, embalaje y refrigeración… hasta llegar al punto de venta final. 

El producto incluso puede tener el sello de cultivo ecológico en su lugar de origen. No obstante, ¿después de viajar tantos kilómetros con los consumos de energía que conlleva son estos productos verdaderamente respetuosos con el medio ambiente?  

Según Camila Levy, R&D Manager de Tradecorp y especializada en Gerencia Ambiental y máster en Recursos Agroalimentariosun producto sostenible es aquel que reúne ciertas características: “ecológicamente correcto, económicamente viable, socialmente justo, culturalmente diverso. La variable económica forma parte de la ecuación, así como la variable social. No solo la variable ambiental o cultural”. 

 Por su parte la FAO, al hablar de “Dietary guidelines and sustainability considera que “las dietas sostenibles son aquellas que generan un impacto ambiental reducido y que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable. Además, protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles y nutricionalmente adecuadas, inocuas y saludables, y optimizan los recursos naturales y humanos”. 

Es decir, una alimentación y dieta sostenibles no solo tienen en cuenta los beneficios para el consumidor, sino también los beneficios para el planeta. La propia FAO lanza una serie de recomendaciones en las que incluye tener una dieta basada en vegetales, enfocarse a alimentos locales y de temporada, reducción de desperdicio de alimentos, consumo de pescados de poblaciones sostenibles, y reducir el consumo de carnes rojas y procesadas, alimentos procesados y bebidas azucaradas. 

Consumo de productos locales para reducir el impacto en el medio ambiente 

EUFIC – The European Food Information Council- es una organización sin ánimo de lucro fundada en 1995. Su objetivo es ofrecer información basada en la ciencia para inspirar y potenciar opciones alimentarias y de estilo de vida más saludables y sostenibles. 

En un estudio publicado en septiembre del año 2020 analiza el impacto de consumir frutas y verduras de temporada, así como la implicación de consumir productos fuera de su estación y que provienen de otros continentes y latitudes.  

El consumo de productos locales reduce la huella de carbono y la emisión de gases efecto invernadero. Mediante el cálculo de la huella de carbono, los investigadores citados por EUFIC han descubierto que el sistema alimentario mundial representa alrededor del 26% de las emisiones de efecto invernadero del mundo. En esta media hay diferentes valores, ya que la producción de frutas y verduras tienen menos emisiones que la producción de carne o de lácteos. 

Local y de temporada, equilibrado con una dieta variada con productos importados 

Sin embargo, lejos de demonizar el consumo de productos globales, también tienen en cuenta que el consumo global ha ayudado a expandir el mercado mundial de alimentos y ha permitido un suministro más variado y constante de frutas y verduras durante todo el año. Esto ha proporcionado una dieta variada y equilibrada durante todo el año, especialmente en países que tienen temporadas de producción limitadas. 

En este sentido, investigadores de la Universidad de Cambridge en el trabajo publicado en 2013  “Seasonality and dietary requirementswill eating seasonal food contribute to health and environmental sustainability?” tienen en cuenta otros parámetros para abordar el consumo de productos locales y de temporada. Introducen el concepto de “temporada global”, es decir, aquel producido en la temporada natural en una zona, pero consumida en todo el mundo. A este producto se opone el “de temporada local” y que solo se puede consumir en su zona de producción y climática. 

Para estos investigadores, la temporalidad global permite disfrutar de productos variados y frescos durante todo el año a consumidores de todo el mundo con los beneficios nutricionales que ello conllevaAdemás, ponen en duda que la producción local por sí sola sea más beneficiosa para el medio ambiente, ya que dependerá de los sistemas de producción utilizados 

Por otro lado, sí que plantean la reducción del consumo de carne como una alternativa interesante, beneficiosa tanto para una dieta saludable como para la protección del medio ambiente. 

 Alimentos locales y de temporada, ¿sinónimo de mayor valor nutricional? 

Una de las claves en este debate es el valor nutricional de los alimentos. Sin embargo, hay posturas opuestas en este debate.  

De un lado, según el Ellie Pumkin, investigadora del SERC –Student Environmental Resource Center- centro dependiente de la University of California Berkeley, “uno de los mayores beneficios de esto [consumo de productos locales y de temporada] es un mayor valor nutricional”. Esta investigadora basa su afirmación en que “cuando el producto se envía a largas distancias, se cosecha y se recubre con pesticidas, u otros conservantes para evitar que se estropee”. Y su conclusión es que reducen su valor nutricional. 

Sin embargo, el grupo de investigadores de EUFIC considera que la pérdida de nutrientes es mínima, en contraste con los beneficios generales que proporciona a la salud. “Si bien el almacenamiento y el transporte se han relacionado con la disminución de algunos niveles de micronutrienteslas pérdidas siguen siendo mínimas en términos de los beneficios generales para la salud cuando se comparan con no comer frutas y verduras en absoluto”.  

 Es decir, que la producción local y de temporada ayuda a reducir la huella de carbono y la emisión de Gases Efecto invernadero. No obstante, gracias a la producción global una gran parte del planeta puede acceder a una dieta saludable y variada, a la que en otras condiciones no tendrían acceso. La clave, como suele ocurrir con frecuencia, se encuentra en el equilibrio.