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Alexandra Castillo, Product Safety Manager in Tradecorp: “Hay todavía un gran trabajo por delante, el Reglamento REACH no acabó el 31 de mayo”

El reglamento REACH, relativo al registro, la evaluación, la autorización y la restricción de los productos químicos, ha sido uno de los grandes retos para la industria química en Europa y se ha convertido en un referente para otros mercados en el mundo. El 31 de mayo vencía el tercer y último plazo del que disponían las empresas para cumplir con las obligaciones de registro de las sustancias fabricadas en la UE o importadas en una banda de tonelaje entre 1 – 10 t/año.

Siguiendo el compromiso adquirido desde la entrada en vigor de este reglamento en 2007, Tradecorp ha presentado con éxito todos los dosieres de registro. Tras cumplir con el último plazo, que vencía hace unos días, Tradecorp cumple hoy plenamente con el reglamento REACH, lo que garantiza la continuidad de sus productos en el mercado, manteniendo los criterios de respeto de la salud humana y del medio ambiente que esta normativa exige.

El departamento de Regulatory lleva más de 10 años trabajando en el análisis, evaluación y registro de sustancias para alcanzar este desafío. Esta normativa ha conllevado en algunos casos grandes cambios en las empresas, que han tenido que adaptar sus procesos y su forma de trabajar. Para profundizar en esta adaptación y en los cambios que el reglamento REACH ha traído consigo hoy hablamos con Alexandra Castillo, Product Safety Manager: REACH & CLP en Tradecorp, desde Mayo de 2016.

Pregunta.- El reglamento REACH impone a la industria la responsabilidad de proporcionar información sobre las sustancias y gestionar los riesgos de los productos químicos. Este traslado de la responsabilidad conlleva grandes inversiones para las compañías  que quieran continuar formando parte del negocio y puede ser una amenaza para compañías más pequeñas. ¿Consideras que este reglamento favorece a las compañías más fuertes y consolidadas frente a otras más pequeñas o incluso start-ups que no disponen de tantos recursos para hacer frente a un proceso tan exigente?

Respuesta.- Pienso que, a pesar de los esfuerzos de la ECHA para facilitar a las PYMES el cumplimiento de las obligaciones que implica el Reglamento el REACH estableciendo, por ejemplo, tasas más bajas para registros, organizando eventos instructivos como webinars, publicando documentos de orientación, etc., el impacto ha sido evidente.  Las PYMES han tenido que afrontar procesos que para muchas de ellas resultan complejos y que implican recabar información detallada y exhaustiva.  Muchas PYMES se han visto en la situación de perder a proveedores que decidieron no registrar sustancias que usaban como materias primas, obligándolas a cambiar sus procesos/productos o teniendo que afrontar el coste económico de registrarlas.  Algunas han tenido que hacer uso de consultorías externas para conseguir el asesoramiento técnico que no tienen dentro de sus propias plantillas y esto, evidentemente, impacta de lleno, no solo en las PYMES, sino en todo tipo de empresas en general.

Sin embargo, la entrada del Reglamento REACH tiene también un lado muy positivo. REACH ha obligado a la industria a involucrarse más allá del mero cumplimiento, consiguiendo que las empresas se conciencien de la importancia de este reglamento para la protección de la salud humana y el medio ambiente. Esta concienciación repercutirá, indiscutiblemente, en sus actividades industriales, ya que ahora las empresas son amplias conocedoras de sus sustancias, de cómo usarlas y gestionarlas y, finalmente, de cómo proteger a sus trabajadores, mejorando así la seguridad de los productos. En consecuencia, tendremos un tejido empresarial mucho más especializado en sus campos de acción y eso, a la larga, aumentará la competitividad y la calidad de los productos finales. Se retirarán del mercado aquellas sustancias peligrosas que, hasta ahora, no habían sido adecuadamente evaluadas, alejándolas de los trabajadores y del consumidor final.

P.- La misma pregunta anterior podría aplicar no solo para empresas más pequeñas, sino también a compañías que ponen su foco en la investigación y la innovación. ¿Consideras que REACH pueda conllevar un freno a la innovación en Europa frente a legislaciones más permisivas?

R.- Desde mi perspectiva, veo con gran optimismo el impacto que va a tener el Reglamento REACH frente a la investigación y el desarrollo científicos. De hecho, uno de sus principales objetivos es incentivar la I+D por medio del proceso de autorización, puesto que todas aquellas sustancias que se clasifican como CMR (carcinógenas, mutagénicas y tóxicas para la reproducción) y/o disruptoras endocrinas, al final, entrarán a formar parte del Anexo XIV del Reglamento REACH.  Esto significa que, para poder usar cualquiera de ellas, la compañía interesada deberá entregar a la ECHA un plan de acción que incluya la justificación socioeconómica del uso de la sustancia en cuestión, junto con un programa de investigación y desarrollo enfocado a encontrar alternativas de sustitución que impliquen menos riesgos para la salud humana, ajustándose plenamente al enfoque que exige el desarrollo sostenible. Esto indudablemente generará productos más seguros, que serán mejor aceptados en el mercado objetivo y, a la larga, repercutirá en la buena imagen de la compañía.

P.-  Una de los principales objetivos con los que se vincula el reglamento REACH es el conocimiento de las sustancias para la protección de la salud humana y el medio ambiente. ¿En qué sentido consideras que este reglamento beneficia al usuario/consumidor y favorece la protección del medio ambiente?

R.- Uno de los principales cambios que se sucedieron con la entrada en vigor del Reglamento del REACH fue la de trasladar la responsabilidad de la evaluación de la peligrosidad de las sustancias desde los Estados Miembros hacia la industria. Lo que antes era un proceso centralizado y lento ahora es un proceso más dinámico, rápido y eficaz, ya que las sustancias no se pueden comercializar sin el cumplimiento de REACH. Esto motiva a las empresas a identificar los riesgos de sus sustancias y a establecer medidas de gestión y control para mantenerse en el mercado a la vez que cumplen con la normativa.

La consecuencia directa ha sido ir alimentando poco a poco una enorme base de datos de sustancias   que la ECHA alberga en su página web. Se han identificado nuevos riesgos para muchas sustancias e incluso se ha cambiado la percepción de aquellas que anteriormente no se consideraban peligrosas. Toda esa información ahora está a disposición no solo de los Estados Miembros y de las empresas, sino del público en general.

Las campañas de concientización, lideradas principalmente por las ONG’s, han despertado el interés del consumidor, que cada día muestra un mayor interés por la protección de la salud y el medio ambiente.  Ahora el consumidor tiene información de primera mano sobre los productos químicos que consume. Esto genera un movimiento de concienciación en masa que aumenta la presión en la industria, principal responsable (que no única) de gran parte del impacto ambiental y de salud humana que los productos químicos causan al entorno.

P.- El proceso de adaptación a esta normativa ha sido largo y exigente. En el caso de empresas con gran foco en I+D+i, con un portfolio amplio y en empresas dinámicas, como Tradecorp, que lanzan muchos nuevos productos cada año, este proceso ha debido ser aún más complejo por la cantidad de sustancias que manejan. Cuéntanos, ¿cómo ha sido el proceso de implementación de REACH en Tradecorp?

R.- Aunque ha sido un proceso que no nos ha tomado por sorpresa, puesto que lo hemos venido implementando a medida que la normativa lo ha exigido, efectivamente hemos tenido que destinar recursos humanos y técnicos focalizados exclusivamente en llegar al 100% de cumplimiento con el Reglamento REACH, especialmente durante la recta final de la obligación de registro. Las cifras son un claro ejemplo de este esfuerzo final: desde la entrada en vigor de la normativa en 2007, hemos registrado un total de 30 sustancias, de las cuales 15 fueron registradas en el último plazo, que venció este 31 de mayo.

Además, somos líderes de registro de 7 sustancias, lo que convierte a TRADECORP en una de las compañías españolas más comprometidas con la Reglamentación REACH, especialmente si tenemos en cuenta el tamaño de la compañía, la cantidad de materias primas que manejamos y nuestro portfolio de productos.

Para llegar a este punto, hemos tenido que afrontar cambios importantes dentro de la compañía, especialmente en nuestro Departamento Regulatorio, y hemos contado con el apoyo de los demás Departamentos para abordar los diferentes desafíos que se nos fueron presentando a medida que avanzábamos en el proceso.

P.- Finalmente, Tradecorp es hoy una empresa que cumple completamente con el reglamento REACH. En general, ¿qué procesos han sido adaptados para que Tradecorp pueda seguir cumpliendo de forma estandarizada con esta normativa y así garantizar la continuidad de sus productos en el mercado de cara al futuro?

R. – Como decía anteriormente, nos hemos ido adaptando a medida que el Reglamento REACH nos los exigía.  Si echamos un vistazo hacia atrás vemos que muchos de nuestros procesos son diferentes a los que teníamos en 2007 como, por ejemplo, el control de calidad de nuestras materias primas. Ahora mismo contamos con un estricto control de evaluación de las materias primas en relación a la información que nos entregan nuestros proveedores en las fichas de datos de seguridad (FDS).  Las FDS deben cumplir con lo requerido en el Anexo II de REACH e ir acompañadas de los escenarios de exposición correspondientes si fuere necesario.  Sin este requisito, la materia prima no será aceptada en nuestras fábricas. Asimismo, las sustancias que recibimos deben estar debidamente registradas ante la ECHA.

En cuanto a nuestras obligaciones, nuestros productos están debidamente evaluados, clasificados, etiquetados y envasados de acuerdo a lo exigido en el Reglamento CLP.  De la misma forma, siempre se suministran acompañados de sus correspondientes FDS.

Hay todavía un gran trabajo por delante, el Reglamento REACH no acabó el 31 de mayo con el último plazo de registros de sustancias.  Al contrario, ahora nos enfrentamos a mayores desafíos: el desarrollo de nuevos productos acordes con las normativas vigentes, la mejora continua de la comunicación de los peligros por medio de fichas de datos de seguridad que cada vez se exigen más completas, la innovación y el desarrollo de nuevos productos alternativos más amigables con el medio ambiente y la salud humana. A partir de ahora se nos abre un largo camino que debemos recorrer.

De forma paralela, REACH y CLP no son los únicos reglamentos actualmente en vigor. Tradecorp, además, lleva a cabo su actividad industrial de la mano de las normativas locales en todo el mundo e incluso va un paso más allá. Por nuestro compromiso con la preservación del medio ambiente y el uso sostenible de los recursos naturales, una buena parte de nuestro esfuerzo en innovación se dedica a la investigación y el desarrollo de productos que no solo sean eficaces, sino que además sean respetuosos con el medio ambiente.